Duke llegó a mi vida cuando tenía app 22 años. De alguna forma llegó a casa una camiseta gris con la palabra Duke en azul marino. Sabía que era una Universidad gringa, pero no sabía dónde estaba ni en qué lugar rankeaba. Ese verano creo que no me quité esa camiseta de encima. Lo extraño es que así como llegó, se fue de mi vida. Nunca más volví a saber de la camiseta.
27 años después y gracias a la pandemia tuve la suerte de ser aceptado en Duke, en un programa Master de 1 año para graduados de MBA que quisieran complementar su área de estudio en Business Analytics. Del programa supe por casualidad navegando por internet. Toda mi postulación se dio de manera perfecta. Era claro que estaba predeterminado para estudiar acá.
La camiseta gris con letras azul marino volvió a mi vida. Esta vez, no la dejé ir.